POR LA CONSTRUCCION COLECTIVA Y PARTICIPATIVA DE UNA NORMATIVIDAD ARMONIOSA CON EL AGUA

POR LA CONSTRUCCION COLECTIVA Y PARTICIPATIVA DE UNA NORMATIVIDAD ARMONIOSA CON EL AGUA

 Desde la promulgación de la ley 2066, en abril del 2000 y la vigencia de una ley de Aguas obsoleta de 1906, el movimiento social por el agua, no ha tenido la capacidad de poder emprender una relación unitaria, visionaria, recíproca y complementaria, entre nosotros y nosotras, el agua y la naturaleza.

Sin embargo las organizaciones sociales han sido propositivas en cuanto a la normativa y la institucionalidad del agua, durante estos años podemos citar algunas de las conquistas logradas: la ley 2066 reconoce a los sistemas independientes de agua potable, la Ley 2878 reconoce a los sistemas autogestionarios de riego y fomenta su reproducción, la Constitución Política del Estado que reconoce la gestión social y comunitaria del agua y los usos y costumbres, la institucionalidad del Agua Potable(AAPS, CTRL, SENASBA) y la institucionalidad del Riego (SENARI, SEDERIS.). Pese a estos avances una cosa esta clara en este escenario, el gobierno y el estado tiene otra política que se traduve en la falta de voluntad de fortalecer y desarrollar las propuestas y las conquistas de las organizaciones sociales y la de seguir manteniendo el control y la estatización del agua, junto con el apoyo de la cooperación extranjera y grupos de poder neoliberales quienes influyen en la política del gobierno.

La Guerra del Agua del 2000, repuso en el escenario y horizonte colectivo, de manera muy sabia través de las Comunidades Campesinas, las Asociaciones de Regantes y Comités de Agua, que el Agua mas que un DERECHO es una NECESIDAD, que no solo atinge a los seres humanos, sino a todos los seres vivos (los cerros, las montañas, las plantas y los animales).  Como bien dicen nuestros padres y abuelos, madres y abuelas: el Agua es un regalo generoso de la Pachamama, para todos y todas y como a nadie se le ha entregado en particular, nadie puede “apropiarse” del Agua, menos una transnacional o una empresa sea privada o pública, el agua es la sangre de la Madre Tierra, el agua es un ser vivo, por lo tanto el agua es un recurso para la vida en si.

Bajo esta visión y estos conceptos, que aun continúan siendo motivo de discusión, debate, reflexión re-posición y construcción de una relación con el agua es que en estos últimos meses se ha puesto, otra vez en el escenario nacional, propuestas para la gestión del agua por parte de diferentes sectores sociales y económicos, como los cooperativistas mineros, las cooperativas de agua, los sistemas de riego, quienes ya han presentado estas propuestas a la institucionalidad estatal, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores, en la Asamblea Plurinacional del Estado. Por su parte el Gobierno de Morales ha “instruido” la aceleración de una normativa del Agua, lo mas pronto posible.

Sectores como la minería estatal y transnacional están “apurando” una normativa, como la Ley de Minería, desde la perspectiva mercantilista, en función de sus intereses, para que el eso del agua “sirva” a estos intereses.

Al respecto hemos asistido y escuchado, en diferentes escenarios, donde la “gente común”, con el apoyo de mesas técnicas, han ido planteando, de manera testimonial, vivencial, de manera angustiosa y preocupante, la realidad de su relación con el agua y con otras comunidades o colectivos, o su relación con las “autoridades” en este tema.

Cooperativas, Comités, Asociaciones de Agua y Riego han ido hablando, contando sus experiencias, sus angustias, sus preocupaciones, pero al mismo tiempo han ido planteando de manera muy nítida sus necesidades y sus propuestas, que las podemos resumir, aun de manera incompleta, ya que este proceso necesariamente tiene que ser de abajo a arriba, y que nos animamos a decir que son las siguientes:

Estamos debatiendo si el Agua es un DERECHO o una NECESIDAD

  1. La NECESIDAD de establecer, fortalecer y cuidar los sistemas Comunitarios y Autónomos de Agua, como la única garantía de una gestión basada en el respeto, armonía y reciprocidad entre nosotros y la madre Tierra.
  2. Considerando que el agua, al ser un recurso para la vida en si, establece relaciones de PODER, entre las personas, comunidades o con el Estado, es necesario construir una institucionalidad donde se refleje esto, es decir recuperar la capacidad de decidir para el pueblo para que a través de sus formas organizativas establezca una gestión basada en los valores de SOLIDARIDAD, RECIPROCIDAD, RESPETO, COMPLEMENTARIEDAD Y ARMONIA.
  3. El Estado, ocupado por cualquier partido, ya sea en los municipios, gobernaciones o nacional, no ha respondido, no responde, ni responderá a este tipo de gestión, por lo tanto una norma no debe ser estatalista, sino comunitaria, social, participativa.
  4. Argumentos para esto sobran, desde el contubernio entre “autoridades” e intereses económicos, como por ejemplo, la depredación de los ríos, con el saqueo de agregados o la contaminación por los deshechos químicos de la minería y los monocultivos, ejemplos, San Cristóbal-Potosí, Menonitas-San Julián, Chaco cruceño, Parotani-Cochabamba, etc.
  5. Todos coinciden en que las “cabeceras de cuenca” están seriamente afectadas en todas partes del país, producto de una agresión sistemática y criminal de estos intereses, señalados ya en el punto 5., pero también de grupos ligados a actividades ilícitas como el narcotráfico que están contaminando las aguas.
  6. Finalmente todos coinciden que estas dificultades y problemas serios que pesan sobre las espaldas de las comunidades del Agua en todo Bolivia, es producto del “Modelo de Desarrollo”, extractivista, el uso de transgénicos de tóxicos químicos en la agricultura, la gigantesca migración y crecimiento caótico en las denominadas grandes ciudades y las zonas urbanas de las provincias el loteamiento o “urbanización” producto del corrupto sistema municipal de cambio de uso de suelo, que “autoriza” el asentamiento humano o productivo en zonas de recarga hídrica, tierras agrícolas, “urbanización” de parques y áreas verdes, etc.
  7. Estos y otros temas que son visibilizados en estos encuentros, tienen un denominador común: que el agua es cada vez mas escasa, no solo por los efectos de la contaminación o el “progreso” en las zonas urbanas, sino ante todo por el cambio climático a nivel mundial, producto del modelo capitalista depredador que está poniendo en riesgo la existencia misma del planeta. La escasez de agua en los centros poblados urbanos o como en el caso de Santa Cruz llegará a su punto crítico en menos de 20 años y el Parque Amboró ya se toma en cuenta como fuente de agua alternativa, y que ha de producir además en varias regiones del país confrontaciones entre zonas urbanas y rurales con gravísimas consecuencias. Es decir estamos a las puertas de otra “Guerra del Agua”, esta vez ya no de los pueblos contra los intereses mercantilistas de Gobiernos y Transnacionales, sino una guerra entre las personas, disputando el agua sobre el cuerpo de nuestra madre moribunda, la Pachamama.
Dejar un comentario