Con mucha indignación, desde la marcha, denunciamos a toda la comunidad nacional e internacional el ACTO CRIMINAL que el gobierno boliviano a través de la policía está cometiendo contra la vida de más de 2000 marchistas entre adultos, jóvenes, mujeres, niños y ancianos que se movilizan contra el avasallamiento, el saqueo y la destrucción.

El ministro “Sach’a” Llorenti, antes “defensor” de los derechos humanos,  ordenó que la policía NO PERMITA el acceso de los marchistas a la única fuente de agua que se encuentra a pocos metros de su campamento. La marcha, que fue cercada por más de 400 policías y un centenar de colonizadores, en estos momentos no tiene agua para calmar la sed, para cocinar, para asearse o para aliviarse del calor, viéndose obligados a caminar más de tres horas por unos cuantos litros de agua embotellada, siendo además que los colonizadores tampoco permiten el traslado de agua hacia la marcha.

Esta es una grave violación a  nuestro fundamental derecho  al agua, derecho constitucionalizado  en Bolivia gracias a la lucha del pueblo contra la privatización de este elemento vital.

Pedimos el pronunciamiento de todas las instituciones que defienden los derechos humanos ante este acto cruel, criminal y violento contra hombres, mujeres, niños y ancianos que luchan dignamente por la TIERRA, TERRITORIO Y DIGNIDAD DE LOS PUEBLOS INDIGENAS Y DE TODOS LOS BOLIVIANOS Y BOLIVIANAS.

¡BASTA DEL CERCO POLICIAL A LOS HERMANOS INDIGENAS!

¡BASTA DE AMEDRENTAMIENTO FÍSICOS Y PSICOLOGICOS A LOS MARCHISTAS!

¡POR NUESTRO DERECHO AL AGUA!

¡VIVA LA LUCHA POR LA AUTODETERMINACIÓN, LA DIGNIDAD Y LA SOBERANIA DE LOS PUEBLOS