Espacios de vida, esperanza y comunidad

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El día domingo 26 de enero, en los huertos de la Asociación de Inquilinos de Cochabamba (OINCO), recibimos la visita del Gobernador de Cochabamba para evaluar los avances de nuestro proyecto de agricultura urbana y también para crear acuerdos en torno a nuestro proyecto de vivienda social, ecológica y comunitaria.

En medio de un ambiente festivo, las y los miembros de la OINCO prepararon un pequeño pero significativo itinerario para compartir una mañana junto al Gobernador Edmundo Novillo, quien mostró su sorpresa y alegría al ver un basural transformado en huerto. Tras un recorrido y cosecha simbólica de algunas hortalizas, la autoridad cochabambina escuchó los pedidos y reclamos de la gente, sobretodo en torno a los retrasos en la adquisición de un terreno para la construcción de nuestro proyecto; la OINCO va luchando más de 5 años por una vivienda digna, y la paciencia se empieza a acabar.  De la misma manera,  se expresaron sentidos testimonios  sobre los malos tratos que cotidianamente recibimos las y los inquilinos por parte de los dueños de casa.

Los resultados: un compromiso institucional de acelerar los trámites burocráticos, que todavía nos impiden acceder a un terreno, y planificar una agenda de acciones conjuntas, entre la Gobernación cochabambina y la OINCO.

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En tres meses de “Huertos en mi Comunidad”, la vida florece.

Brócolis, lechugas, rábanos, remolachas, cebollas, papas, habas, maíz, repollos, y muchas otras plantas, crecen y florecen en lo que fue un tiradero de chatarra. Gracias al arduo trabajo y creatividad de las y los compañeros de la organización de inquilinos, después de una dura limpieza y preparado del terreno, después de tocar puertas para conseguir agua y semillas, después de sembrar y transplantar, después de cuidar a nuestras plantitas de las duras lluvias por las que pasamos, ahora vemos con emoción y orgullo a nuestro huerto rebosante de vida.

Y en este espacio no solo crecen plantas, sino que también crecimos nosotros, nos hermanamos, nos re-conocimos. En la organización, la vida orgánica también madura. Así, vamos poco a poco consolidando nuestra comunidad, una comunidad a la que aún le falta terreno y vivienda, pero que no retrocederá ni un paso en su lucha por un espacio digno donde vivir.

A continuación un resumen fotográfico de nuestra experiencia

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