Presentacióndel libro: La MAScarada del Poder

LUGAR: CESU (Centro de Estudios Superiores Universitarios).  Calama entre Nataniel Aguirre y Esteban Arce NºE-0235

FECHA: MARTES 31 DE ENERO  HRS: 7:00 PM

Comentarán: Gonzalo Lema y José de la Fuente

Se contará con la presencia de todos los autores

INTRODUCCIÓN (fragmento)

El Manifiesto 22 de Junio tuvo la capacidad en su momento de abrir el espacio de discusión sobre el denominado “Proceso de Cambio” desde el campo de las organizaciones sociales y de quienes hemos militado en ellas y las hemos apoyado desde hace ya décadas desde todos los escenarios, no solamente durante la nefasta época de la pseudo democracia neoliberal sino luchando bajo las dictaduras militares y los estados de sitio.

Ese debate es absolutamente necesario porque desde el gobierno del MAS se intenta con una cada vez mayor decisión antidemocrática ahogar cualquier voz disidente desde los mismos movimientos sociales que le dieron su apoyo, mientras al mismo tiempo se da plena libertad a la derecha para que se siga expresando a través de los medios de comunicación de que dispone porque son los dueños del dinero. Es urgente abrir el debate porque ya es evidente que el denominado “proceso de cambio” solo ha servido para cambiarle la cara al viejo Estado neocolonial utilizando al Presidente indígena, y enmascarando de esa manera la actual continuidad de las políticas neoliberales de sometimiento a las empresas transnacionales.

De ello tratamos en el presente volumen. Aquí seis de los varios compañeros y las compañeras que hemos firmado el Manifiesto 22 de Junio ahondamos en la forma como hoy se ha consolidado el esquema de sometimiento neocolonial en que está Bolivia, desde diferentes ángulos.

Uno de los ángulos que nos merece especial atención es la subordinación del Estado boliviano respecto a las empresas petroleras transnacionales que siguen teniendo el control de la producción de los hidrocarburos y que a la vez son subsidiadas por el Estado. El intento de subir el precio de los carburantes a fines de 2010 no tuvo otro fin que favorecer a esas multinacionales. Aquí también damos respuesta en detalle a los fallidos argumentos utilizados por el Vicepresidente García L. en su opúsculo “oenegismo enfermedad infantil del derechismo” pretendiendo descalificar desde su sinuosa y precaria posición política a quienes presentamos el Manifiesto 22 de Junio.

Hacemos un análisis sobre las políticas de agua y los retrocesos que se están viviendo en ese aspecto con respecto al triunfo logrado por los movimientos sociales del campo y de la ciudad en la Guerra del Agua del 2000. Denunciamos la cada vez más destructiva política de depredación actual de los recursos naturales en sometimiento a los intereses transnacionales, especialmente aquellos intereses geopolíticos del Brasil, política que está cínicamente oculta tras la máscara de un pretendido y completamente falso discurso de respeto a la Pachamama, y que en la práctica –en el Tipnis, en Corocoro, en San Cristóbal, en Madidi, en el río Madeira, se ha demostrado como una política anti-indígena.

Finalmente explicamos que este gobierno da continuidad y profundiza la destructiva depredación civilizatoria capitalista, en lugar de tomar el camino que han señalado las naciones indígenas en la actual Constitución Política. Constitución que el gobierno del MAS es el primero en violar, en función de su nefasto Pacto con la derecha aprobado en octubre de 2008 y firmado en Cochabamba por el MAS para anular el contenido transformador de la nueva Constitución. Por todo ello señalamos que es completamente falso que este sea el gobierno de los movimientos sociales. Por el contrario, es un gobierno que se ocupa de administrar al estado neocolonial y que, con el apoyo de un pequeño sector de burócratas sindicales acomodados en puestos gubernamentales, está dividiendo y destruyendo la organización de los pueblos indígenas y de los trabajadores en general en función de la seguridad de “la propiedad privada”. Es por estas razones que da “democracia” a los capitalistas y terratenientes en sus medios de comunicación y reprime a los trabajadores y a los indígenas cuando nos queremos expresar.

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