El líder que inspiró «También la lluvia» pide políticos transparentes como el agua

Madrid, 22 mar (EFE).- Los políticos tienen que ser como el agua, transparentes y al servicio de todos, defendió hoy en Madrid el dirigente boliviano Oscar Olivera, personaje en el que se inspira la última película de Iciar Bollaín, «También la lluvia».

Olivera, miembro de la Coordinadora para el Agua que en 2000 se levantó contra el proyecto de ley que privatizaba el agua en Bolivia, declaró a Efe, en el Día Mundial del Agua, que sin ese vital recurso «no hay nada por lo que luchar».

«Por eso nuestra lucha fue la de todos; del entorno urbano, de la periferia y del campo. Sin agua no hay vida para nadie», sostuvo durante la entrevista.

Del movimiento que encabezó, durante «los días mas duros» que recuerda, en abril de 2000, destacó la «firme decisión del pueblo» de revertir «un contrato neocolonialista» que hipotecaba el futuro de un país «con conciencia ecológica ancestral».

«En la cosmovisión andina, la interdependencia con el medio ambiente es inseparable de la supervivencia. Apuntamos a otros modelos de desarrollo. Tenemos mucho que enseñar a quienes apuestan aún por las estructuras de explotación indiscriminada de recursos», señaló.

Fue una «agresión de principios» que se pretendiera privatizar no solo el servicio de agua potable, sino las fuentes y que se pretendiera gestionar permisos para almacenar «también el agua de lluvia», concepto que recoge el título de la película de Bollaín, explicó.

De la administración del presidente Evo Morales, «un gobierno que salió de la guerra del agua», dijo, «tenemos muchas decepciones y promesas pendientes».

«Presentamos una agenda del agua en 2005, que no se ha atendido, y defiende el inalienable derecho del agua como bien de todos, que debe gestionarse desde la comunidad», indicó tras recalcar que la Coordinadora que integra no tiene «ninguna relación» con el gobierno.

De la administración criticó también la decisión de optar por modelos de desarrollo económico basados en la extracción minera y de otros recursos, que requieren de cuantiosas cantidades de agua, vulnerables a todo tipo de contaminación.

Y aunque aplaudió algunos proyectos de cooperación internacional para atender la deficiente distribución de los recursos hídricos en un país de difícil orografía y sin suficiente infraestructura, opinó que la responsabilidad de resolver el problema es de los bolivianos y con modelos bolivianos.

«No podemos vivir sin estar en armonía con la naturaleza y esa es una lección que le toca aprender a Occidente», subrayó.

El sindicalista y activista civil reconoció que aunque las cosas no han cambiado mucho en once años en Bolivia, la conciencia e identidad del pueblo es «fuerte y firme» y atenta contra los abusos, que también llegan de dentro del país.

«La corrupción es un mal endémico, pero lo conocemos y también lo denunciamos», dijo.

En Bolivia, solo el 50 por ciento de la población está conectada a la red de suministro de agua, el 30 por ciento se abastece de conexiones a pozos comunitarias y un 20 por ciento no cuenta con ningún acceso y se surte a través de cisternas ambulantes.

Óscar Olivera participa en la Casa de América en el debate «El agua es un derecho humano», convocado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), al que asiste además el embajador del Fondo Español de Cooperación para Agua y Saneamiento, Jorge Drexler.

El coloquio se abre al público tras la proyección de la película «También la lluvia».

http://es.noticias.yahoo.com/9/20110322/tsc-el-lider-que-inspiro-tambien-la-lluv-268c425.html

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